No te desanimes: ¡confía en Dios!
Pero ustedes, ¡manténganse firmes y no bajen la guardia, porque sus obras serán recompensadas!
Pero ustedes, ¡manténganse firmes y no bajen la guardia, porque sus obras serán recompensadas!
Los que confían en el Señor son como el monte Sión, que jamás será conmovido, que permanecerá para siempre.
Forjen espadas con los azadones y hagan lanzas con las hoces.
Isaac le dijo a Abraham: «¡Padre!»
Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
Estos confían en sus carros de guerra, aquellos confían en sus corceles, pero nosotros confiamos en el nombre del Señor nuestro Dios.
Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado y recibió a María por esposa.
El sumo sacerdote Jilquías le dijo al cronista Safán: «He encontrado el libro de la ley en el templo del Señor». Entonces se lo entregó a Safán, y este, después de leerlo, fue y le informó al rey...
¡Al único Dios, nuestro Salvador, que puede guardarlos para que no caigan, y establecerlos sin tacha y con gran alegría ante su gloriosa presencia, sea la gloria, la majestad, el dominio y la autoridad, por medio de Jesucristo nuestro Señor, antes de todos los siglos, ahora y para siempre! Amén.
Aunque la higuera no florezca, ni haya frutos en las vides;
Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.
El malvado levanta insolente la nariz,
La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz.
Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio.
Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
Por la mañana hazme saber de tu gran amor,
Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra...
Probablemente, quien ha crecido en el ambiente cristiano recordará esta canción: «Dios es amor, Dios es amor, la Biblia así lo dice. Dios es amor, Dios es amor, vuelve y lo repite...» Es una canción sencilla, pero con un fundamento que es muy importante no solo para los niños.
Hay algo maravilloso en el libro de salmos y es que cuando los leo encuentro una mezcla tan extraña que me hace sentir bien. Por una parte, el salmista agradece y exalta a Dios con palabras y frases extraordinarias. Cuando las lees, piensas que jamás serás capaz de escribir algo similar y, yo al menos, me emociono hasta las lágrimas. Sin embargo, por otro lado también existen salmos cargados de mucho dolor, desesperación e incertidumbre ¿Cómo se explica entonces que el mismo hombre haya escrito ambos tipos de textos? ¿David habrá tenido bipolaridad y de un estado de euforia pasaba a un estado de depresión profunda? No, David no era bipolar, David era de carne y hueso como tú y como yo. Tenía días “buenos” y tenía días “malos”, tal como tú o yo.
¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?, o ¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla?”
Qué difícil es ocultar lo que sentimos, claro está para algunos es más difícil que otros, pero si hay algo cierto que no se puede esconder es un sentimiento tan fuerte como el amor, ni aun Dios que es todopoderoso pudo disimular ese amor hacia nosotros, tanto que entrego a su hijo Jesús.
Hay una unción que está cayendo
Pensar en una prueba o dificultad siempre es algo de lo que no nos da mucho gusto saber, hay quienes creen que la vida de un creyente es perfecta y no hay dificultades, como si el ser creyentes tuviera un efecto de inmunidad a las circunstancias difíciles de la vida, hay también quienes al ver una prueba lo primero que piensan es: ¿Qué habré hecho mal?, ¿Qué hice para merecer esto?, o peor aun ¿será que Dios se ha alejado de mi?
En el túnel más oscuro, en la avenida sin salida, en el parque solitario me encontraste Jesús, Eres lo mejor!!